domingo, 2 de noviembre de 2014

REALIDAD DE LA EVALUACION INSTITUCIONAL



Realidad de  la evaluación institucional
En el desarrollo de este escrito es preciso señalar, que la evaluación institucional es aquel proceso que busca la mejoría en la calidad educativa donde se toma en cuenta las debilidades para luego utilizar estrategias metodológicas y fortalecer esos aspectos presentados durante la evaluación. Es un proceso porque conforman un conjunto de acciones interrelacionadas para cumplir un determinado fin.
Es preciso señalar que en la evaluación institucional, debe poseer la característica donde el proceso debe ser permanente e integrador. Permanente, porque debe llevarse a cabo en todo momento y no tener un fin, e integrador porque "La evaluación no es un apéndice agregado a los procesos educativos, sino que por su papel orientador de planificadores, directivos, docentes y alumnos debe asumir el carácter de una actividad sistémica, plenamente integrada con la función educativa y que por tales razones debe ser continua y no meramente episódica."
María Dolores Díaz Noguera, manifiesta que: “Admitir la evaluación como un proceso es una cuestión muy complicada a la hora de llevarlo a la práctica. Esto debe ser así, porque de otra forma no se comprende cómo no se introducen de manera paulatina y continua más modificaciones en los diseños curriculares o se adoptan otras decisiones de carácter más autónomo por parte del profesorado”.
Tomando en cuenta esta opinión es necesario entender que la calidad educativa va enmarcada en los resultados de la evaluación institucional, puesto que son los agentes (directivos, obreros, administrativos, docentes, alumnos, padres y representantes y comunidad en general) ligados a la educación quienes tienen una perspectiva idónea de la realidad educativa.
La finalidad de la evaluación es mejorar la calidad educativa. Si este objetivo no se cumple, entendemos que se pierde la esencia fundamental que posee el proceso evaluativo. Es preciso observar el mapa conceptual sobre el proceso de evaluación institucional:
¿Cuál es la realidad de la evaluación institucional en nuestras escuelas?
Cabe destacar que la evaluación en nuestras instituciones tiene muchas fallas, ya que es vista como un medidor de resultados y no como una herramienta para mejorar y realizar cambios en nuestro sistema educativo venezolano.
Los planteles educativos venezolanos son estimados generalmente, es decir, no son evaluados de acuerdo a su contexto, puesto que el Ministerio del Poder Popular Para la Educación, esquematiza un patrón único a nivel nacional en el cual mide las instituciones con idéntico perfil sin tomar en cuenta las condiciones sociales y económicas de cada una de las escuelas, bien sea del área rural o urbana.
Es importante destacar, que los resultados de la evaluación institucional en nuestros centros educativos, es poco considerado para mejorar la educación y llevarla hacia la calidad educativa, solo son tomados como simples recaudos administrativos y menos aun son tomados en cuenta, como un medio para informar sobre:
La eficiencia o eficacia de los programas educativos. Para así verificar el cumplimiento de los objetivos.
Arrojar información sobre las debilidades presentada en el personal que allí labora (Obreros, administrativo, directivo y docentes) para luego buscar las estrategias de convertirlas en fortalezas para el bienestar de la institución.
Las condiciones de la infraestructura en la institución, ya que esto es parte es primordial para el buen funcionamiento de nuestros centros educativos.
¿Qué podemos hacer para abordar esas realidades?
Seria pertinente establecer una evaluación según sea la situación geográfica, ya que simplificaría las debilidades y arrojaría la búsqueda de soluciones pertinente a las necesidades y debilidades que se presentan en el ámbito educativo.
Cada gerente en su organización institucional diseñe un modelo de evaluación tomando en cuenta su realidad, y que se articulen con las necesidades de la misma. Todo esto que lleve al éxito educativo, enfrentando las fallas y desaciertos que se presenten con mayor firmeza.
Que sea el gerente quien sea el cuentadante de reorientar y aprovechar los recursos.
Es necesaria la apertura de espacios para socializar los resultados de la evaluación, ya que esto ayudaría  a realizar un análisis de los logros alcanzados y las dificultades enfrentadas.
Tomar en cuenta los resultados de la evaluación para aplicar control y seguimiento a las actividades que benefician a los recintos educativos.  
Debemos tomar en cuenta la evaluación institucional como aquel proceso donde se identifica y reúne información para asistir a quienes deben tomar decisiones en pro de la calidad educativa.
Para mejorar la calidad educativa de nuestros centros educativos debemos conocer los siguientes objetivos:
· Conocer la situación de partida del Centro.
· Facilitar la formulación de un modelo de actuación.
· Detectar las dificultades que se presenten.
· Detectar progresivamente los elementos positivos.
· Regular el proceso de aplicación continua del modelo de actuación.
· Conocer los resultados obtenidos al final del período fijado para la implementación del modelo.
· Valorar los resultados obtenidos.
· Replantear el modelo de actuación del centro.
Se favorece la calidad educativa, como finalidad última, mediante juicios de valor, dando bases sólidas y profesionales para la toma de decisiones. El Juicio de Valor que emana en toda evaluación, será producto de una elaboración realizada por expertos, por profesionales de la educación.
Es importante señalar que en la evaluación institucional el objetivo primordial es determinar el cambio, su finalidad contar con un diagnóstico científico, confiable y válido de cómo una institución educativa realiza sus funciones y actividades, cómo emplea sus recursos y cómo logra sus objetivos, para así lograr una calidad educativa.
Es allí donde el gerente debe realizar toda una transformación en su centro educativo, conociendo a su personal, en todos los aspectos, emocionales, familiares, personales sociales entre otros, para así lograr entender sus habilidades y destrezas en el momento de asignarle una función.
Como gerentes educativos jamás se podrá exigir al personal cuando no se ha demostrado empatía y comprensión hacia ellos. Concordando con una de las ideas de Antonio Pérez Esclarín donde expresa: “La exigencia debe estar acompañada de una gran comprensión y sobre todo del ejemplo”.

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